le Port: éticamente hecho en Puerto Cabello
- Isabel Da Cunha Ventura
- 14 nov 2023
- 5 Min. de lectura
«Muelle Pesquero» es su última colección y hoy, Neris Peralta y José Milano, nos cuentan todo sobre su marca inspirada en Puerto Cabello
Créditos:
Directores creativos: @neris.peralta y @josemilanoo
Directora de medios: Lucybeth Morles
Fotografía: Dila Ramos @dilaramoss

En octubre de 2021 Neris Peralta, directora creativa de la marca, estaba de visita en Puerto Cabello luego de haber vivido durante 10 años en Valencia. En un reencuentro con su amigo José Milano, también director creativo de le Port, nació la idea de crear algo juntos en el mundo de la moda, para que el nombre de ambos fuera reconocido en este medio. Inició como una propuesta de hacer carteras pintadas, pero luego avanzó hasta llegar al diseño Malecón con su estampado único. Este motivo lo crea Neris porque es ilustradora y diseñadora de estampados, lo que fue el inicio de su colección «Florece donde estés plantado». «Básicamente porque José y yo -Neris- somos porteños. Hemos tenido la oportunidad de vivir en otros lugares: José fuera del país y yo en otra ciudad, y por causa de la vida volvemos a nuestro pedacito de cielo que es como lo sentimos. La frase “Florece donde estés plantado” es un mantra para nuestras vidas», dice Neris. «Hemos tenido, como todos, momentos difíciles, pero la vida nos plantó de nuevo en este puerto». «Somos orgullosamente porteños», reafirma José. Respecto a la creación y la inspiración de le Port, José Milano afirma que la ciudad fue su musa. «¿Qué mejor que hacer una marca inspirada en la ciudad? Para nosotros es lo que nos conecta y nuestra ciudad luminosa es completamente nuestra inspiración. Nos encanta investigar el día a día y sobre todo lo que pasa acá», y de ese proceso de investigación, el dúo llegó a lo que sería su obra maestra.
Neris estudió diseño de moda en Valencia y desde enero de 2015 trabaja en la industria de la moda. «Primero para otros diseñadores y marcas y luego creando proyectos personales». En el caso de José, el artista es ingeniero en molineria y estudia comunicación social, además, estudió un poco de arte fuera del país. «Conocí a Neris cuando la entrevisté para su marca inspirada en Puerto Cabello», habla Milano sobre parte del inicio de su relación de amistad con Neris.
La inspiración

El inicio de le Port surgió de una propuesta para conocer Muelle Pesquero, en Puerto Cabello: «Neris y yo decidimos un día aventurarnos a conocer el Muelle Pesquero, nunca habíamos ido a esa parte de la ciudad. Decidimos ir y nos enamoramos de todo lo que se vive ahí, de lo que se hace, de las formas y los colores. De ahí decidimos crear esta colección», comenta el director creativo de la marca. Asimismo, los artistas nos cuentan sobre el uso de un material tan particular como el cedro, que le da vida a Tobo Bag y a Palambre Bag, y sobre el origen del diseño de sus particulares creaciones: «Nos enamora el tema de la arquitectura de la ciudad. En tiempos de la Colonia usaban mucha madera, nuestras estructuras están hechas en este material. Investigamos un poco más sobre cómo llevar eso a las piezas y buscamos un ebanista. Él nos asesoró en todo el tema de la madera que podíamos usar y nos decidimos por el uso de cedro de alta gama, que es lo que empleamos para las carteras Tobo Bag y Palangre Bag».
El cedro de Tobo Bag y Palambre Bag lo consiguen en Puerto Cabello.

«Cuando fuimos al Muelle vimos que habían muchos cubos de madera y yo siempre le preguntaba a José sobre qué serían esos cubos….No sabíamos qué eran y tampoco sabíamos sobre los tobos de plástico que también estaban presentes en todo el muelle», dice Neris sobre cómo inició la idea de sus dos modelos clave. Resulta que los tobos eran usados por los pescadores en el antebrazo como si fueran carteras y ahí colocaban el pescado. «Ahí nos planteamos sobre lo interesante que sería llevar eso a una cartera de verdad y de ahí nace Tobo Bag. La tela que tiene el modelo Tobo (que va en la parte interna) tiene peces estampados que simulan lo que pescan los pescadores». Hay cinco peces específicos que puedes conseguir en Muelle Pesquero, y son esos los que Neris ilustró, «los llevamos a unos sellos y se estampan en la tela. Van en la parte interna porque es lo que simula a los tobos que usan los pescadores», nos cuenta José.
En cuanto a los cubos que el dúo veía en el Muelle, Neris cuenta que después de debatirlo, decidieron preguntarle a los pescadores qué eran: «Entendimos que se llamaba “palambre”, nos explicaron que ahí hay anzuelos y redes de pescar. Eso se tira al mar cuando se va de pesca y lo que se recoge se coloca en ese cubo. De ahí empezamos a diseñar. Meses más tarde hicimos una cita con los medios para presentar la colección y José me dice que “palambre” no existe». Ante la sorpresa de Neris, José le reafirmó que la palabra correcta es «Palangre», con G. «En realidad el cubo no se llama palangre sino que es el contenedor de palangres, es toda la red de pescar con todos los anzuelos con que se pesca». La primera reacción de Neris fue ponerse nerviosa, pero luego decidió que sería una anécdota de la marca. «La borla de este diseño está inspirada en la brisa que se siente en el muelle y el material también tiene su historia. «Tuvimos meses asesorándonos sobre qué tipo de hilos nos serviría para obtener ese movimiento. Encontramos uno en Valencia, pero nunca lo terminamos comprando. Más adelante estábamos buscando materiales para las carteras y entramos a una tienda en la que había una zona de pesca. Al ver las redes encontramos un hilo que es el que los pescadores usan para crear sus redes de pesca», dice Neris.
«Sabemos que la madera pesa, pero el ebanista nos dijo que el cedro es un tipo de material que disminuye su peso con el paso del tiempo. Las vigas de las casas de la época de la Colonia están hechas con cedro; tienen más de 200 años y todavía se mantienen».
Detalles de sus apuestas
Cada palito de la bolsa Palangre es hecho a mano, el ebanista corta cada pieza y trabaja una por una, por eso demora tanto tiempo en hacerla, además del necesario para hacer las pruebas de calidad. Para José Milano es motivo de orgullo crear diseños artesanales y únicos: «No todas las carteras van a quedar iguales, es algo que nos gusta aclararle a nuestros clientes. Por ser madera de cedro, al colocarle una tinta no siempre toma la misma tonalidad. Para poder encajar las varillas tampoco queda igual, eso es parte de lo artesanal y hace a cada pieza única. Es un plus de la marca, cada cartera será única y, de cierta forma, es particular gracias al comportamiento del material».
Hay cosas que se traen de Valencia y otras que se hacen en Caracas: «Estamos muy orgullosos de decir que la gran mayoría es hecha aquí, en Puerto Cabello».

Entregas especiales
Las carteras de madera van en una «Mercado Bag», una bolsa atrapa polvo. En el caso de Tobo Bag, como son dos asas, una va puesta y la otra va en otra bolsa más pequeña de tela. «Todo eso va en un paquete de papel, que es nuestra bolsa de compra, en la que incluimos su respectiva tarjeta e instrucciones de uso y de cuidado», dice Neris. En el caso de las franelas, como hay una colaboración con una fundación de Puerto Cabello que le pertenece a Dilia Ramos, la fotógrafa de la colección, vienen con una postal y con la compra de la franela va un 10% de lo vendido a la fundación que ayuda a artistas locales. La franela viene envuelta en papel de seda con las etiquetas de la marca.
La marca ofrece productos que van desde sus modelos Tobo y Palambre, hasta sus carteras Malecón, Mercado Bag y las franelas Born Porteña, Born Porteño y Soy Caribe.
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